Un duro emplazamiento realizó esta mañana la Consejo para la Defensa del Patrimonio Pesquero (CONDEPP) contra la gestión del Gobernador Regional del Biobío, Sergio Giacaman. El gremio acusa una preocupante parálisis administrativa que mantiene congelados fondos vitales para el sector de la pesca artesanal, a pesar de estar aprobados técnica y financieramente desde la administración anterior. Mientras los artesanales ven cómo pasa el tiempo, la burocracia regional parece haberlo detenido. El presidente de CONDEPP, Hernán Cortés, expuso la inexplicable demora en la ejecución del programa “Mejoramiento condición laboral y seguridad para la Pesca Artesanal”, una iniciativa clave que cuenta con un presupuesto de M$1.231.435 (mil doscientos treinta y un millones de pesos), bajo el código BIP 40064605-0, y que debería ser ejecutada por Indespa. La crítica del dirigente no sólo apunta a la inacción local, sino a una evidente diferencia con el resto de las regiones. Cortés desnudó las cifras que dejan a la gestión de Giacaman en una posición incómoda frente a sus pares regionales respecto de la pesca artesanal. “Resulta inaceptable e incomprensible la desidia con la que se mira a nuestra región. Mientras otras zonas del país han inyectado recursos frescos y avanzan con programas robustos —hablamos de $3.000 millones en Valparaíso, $1.500 millones en Aysén, $1.800 millones en Magallanes, $1.500 millones en el Maule y $1.600 millones en Atacama—, el Gobierno Regional del Biobío continúa sin una respuesta estructural, dejando a la deriva a comunas emblemáticas como Lebu”, disparó el dirigente. Desde la organización pesquera advierten que la paciencia se agotó. No se trata de falta de recursos, sino de falta de gestión y voluntad política para activar botones que ya están instalados. El emplazamiento al Gobernador Giacaman es directo: desbloquear la burocracia y ejecutar los compromisos heredados. Para la pesca artesanal, mantener estos recursos durmiendo en las cuentas fiscales mientras las caletas sufren precariedad laboral y falta de seguridad, no es sólo una falta administrativa, es una desconexión total con la realidad productiva de la región.